Te tomo y me miras con ganas de gritar, pero no hablas, callas y me invitas a observar, a detenerme en tus labios una vez más, a que me desate las inhibiciones y te invada con mi boca y ate tu piel a la mía: que tu silueta se fusione con mi cuerpo, que se conjuguen nuestras caricias y que nuestros labios se sequen de tanto andar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario